domingo, 27 de mayo de 2007

EL PLANETA DE LAS MARGARITAS

El modelo simple del mundo de las margaritas ilustra cómo podría funcionar Gaia. La estrella que calienta e ilumina este mundo comparte con nuestro Sol la propiedad de aumentar su emisión de energía a medida que envejece. Pero está bien provisto de agua y las plantas crecerán en cualquier parte de la superficie continental donde el clima sea adecuado.

El ambiente se circunscribe a una sola variable, temperatura, y el biota a una sola especie, las margaritas. En este mundo, la competencia por el territorio de dos especies de margaritas, una oscura y la otra clara, da lugar a una regulación exacta de la temperatura planetaria en el nivel apropiado para el desarrollo de estas plantas. Si es demasiado frío, por debajo de 5 ºC, las margaritas no crecerán; su temperatura óptima se sitúa alrededor de 20 ºC. Si la temperatura sobrepasa los 40 ºC será demasiado caliente para estas flores, y se marchitarán y morirán. La temperatura media del planeta resulta del sencillo balance entre el calor recibido de una estrella y el calor perdido en las frías profundidades del espacio en forma de radiaciones infrarrojas de onda larga. En la Tierra este balance de calor se complica por el efecto de las nubes y los gases como el dióxido de carbono. Asumimos que el mundo de las margaritas tiene una cantidad constante de dióxido de carbono, la suficiente para que las margaritas crezcan, pero no excesiva como para que interfiera en el clima.

La temperatura media del mundo de las margaritas viene determinada por el grado medio de oscurecimiento del color del planeta. Una superficie clara es fría cuando se compara con una superficie oscura.

Imaginemos que la estrella que lo caliente sea menos luminosa, de manera que sólo en la región ecuatorial la temperatura del suelo desnudo, 5 ºC, sea suficiente para el crecimiento. Aquí germinarían y florecerían lentamente las semillas de las margaritas. Supongamos que en la primera cosecha se encontrasen especies oscuras y claras, en proporciones semejantes. Las margaritas oscuras se verían favorecidas. Su mayor absorción de la luz solar en los sitios donde creciesen las hubiera calentado por encima de los 5 ºC. Las margaritas con colores claros se encontrarían en desventaja. Sus flores blancas hubieran palidecido y muerto porque al reflejar la luz solar se hubieran enfriado por debajo de la temperatura crítica de 5 ºC. En la estación siguiente hubiéramos apreciado un predominio de margaritas oscuras, ya que sus semillas serían más abundantes. Pronto su presencia calentaría no sólo a las mismas plantas sino que, la medida que crecieran y se dispersaran por la superficie desnuda, calentarían el suelo y el aire, primero localmente y luego regionalmente.

Con este incremento de temperatura, la velocidad de crecimiento, el período de la estación templada y la difusión de las margaritas oscuras, que produciría una realimentación positiva que daría lugar a una colonización de la mayor parte del planeta de margaritas oscuras. Eventualmente, la extensión de las margaritas oscuras se encontraría limitada por un incremento global de la temperatura a niveles superiores al óptico para el crecimiento. Además, cuando la temperatura global fuese alta las margaritas claras crecerían y se extenderían en competencia con las oscuras. El crecimiento y extensión de las margaritas blancas estarían entonces favorecidos por su capacidad natural para mantener el clima frío.

Cuando la estrella que brilla en el mundo de las margaritas envejece, el flujo de calor es tan grande que incluso la cosecha de margaritas más blancas no puede mantener el planeta por debajo del límite superior de 40 ºC para el crecimiento. En este momento el poder de las flores ya no es suficiente. El planeta vuelve a ser yermo y tan caliente que ya no hay manera de que puedan florecer nuevas margaritas.

Cuando probé por primera vez el modelo del mundo de las margaritas, quedé sorprendido y encantado de la fuerte regulación de temperatura planetaria que surgía del simple crecimiento competitivo de las plantas de colores claros y oscuros.
Las edades de Gaia. J. Lovelock, 1993.
¿ Qué papel desempeña la biosfera en el modelo ?
¿ Cuál es la causa del fin de la vida en el planeta de las margaritas ?
¿ Cuáles son las ventajas y cuáles los inconvenientes de este modelo ?

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